martes, 1 de mayo de 2012

TECNICAS PARA FOVORECER LA COMPRENSION LECTORA

El subrayado

En términos lacónicos, el subrayado es una raya empleada para destacar ideas o conceptos esenciales en un texto desde una intencionalidad específica. 

No se debe empezar a subrayar sin, antes, haber establecido claramente el propósito de la lectura, porque solamente se conseguirá subrayar de manera indiscriminada y, en consecuencia, infructuosa.

Como recurso intelectual, el subrayado requiere de la activación y entrenamiento previo de ciertas habilidades básicas de pensamiento, como la observación y la capacidad de establecer diferencias y semejanzas. Técnicamente hablando, el subrayado no es otra cosa que el arte de diferenciar entre lo relevante e irrelevante, lo sustancial de aquello que es sólo explicación e información adicional. 

 En la vida académica esta técnica se convierta en una importante herramienta de aprendizaje y elaboración de tareas: esquemas, resúmenes, relatorías, protocolos, reseñas, artículos, ensayos, exposiciones, entre otros. El subrayado es una técnica eminentemente personal, en tanto cada individuo puede crear su propio código de signos gráficos, según lo considere pertinente. Hay que aprender la técnica y utilizarla convenientemente.  Para nuestro caso, emplearemos únicamente, lápiz de grafito y, como algo opcional, el uso de una regla, en lo posible flexible y corta, que pueda ajustarse al tamaño de las páginas.
 
La glosa



La glosa como técnica hace alusión a una nota escrita en los márgenes o entre las líneas de un documento escrito, en la cual se registra la idea central trabajada por el autor o se explica el significado de dichas ideas. Sin embargo, las glosas pueden variar en su complejidad y elaboración, desde simple notas sobre palabras desconocidas por el lector, hasta traducciones completas del texto original, referencias a párrafos similares, entre otras.  

La glosa ha sido una técnica antiquísima acogida por diferentes disciplinas: 

En la Teología Bíblica medieval, las glosas fueron puntos de referencia relevantes, estudiadas y memorizadas prácticamente por sus propios méritos, sin importar su autor.  Muchas veces un pasaje bíblico era fuertemente asociado con una glosa en particular, cuya verdad, numerosos teólogos daban como un hecho.

En Filología las glosas han posibilitado luz sobre el vocabulario de los lenguajes empleados por distintas culturas y grupos humanos.

En Sociología, Talcott Parsons utilizó la palabra glosa para describir el proceso mediante el cual la mente construye la realidad.  Ciertos estudios han demostrado que nuestra mente filtra la información provista por los sentidos.  Este filtrado se produce en gran medida en forma inconsciente, y es determinado por la biología, la cultura incluyendo el lenguaje, las experiencias personales, nuestro sistema de creencias, etcétera; ésta es, según este autor, la razón por la que diferentes culturas crean diferentes glosas.

En la terminología musical, una glosa es un comentario o explicación sobre la ejecución de determinados pasajes de una obra, generalmente instrumental. 

Como técnica para favorecer la comprensión lectora, se asume la glosa en su papel explicativo, a modo de nota, comentario, interpretación, significación, entre otras. Igual que en el subrayado, la glosa depende directamente de la intencionalidad de la lectura; no obstante, ésta guarda una relación directa con el uso personal que se le quiera dar. Para nuestro caso, emplearemos la glosa para sustraer la idea central de un documento escrito. Se sugiere optar por el lápiz de grafito.

La glosa constituye el primer paso hacia la escritura con autonomía.  Quien glosa reconstruye las ideas centrales de un texto con voz personal, bien sea con sus propias palabras o mezclándolas con las del autor original.


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