TECNICAS PARA FOVORECER LA COMPRENSION LECTORA
El subrayado
En
términos lacónicos, el subrayado es una raya empleada para destacar ideas o
conceptos esenciales en un texto desde una intencionalidad específica.
No se debe empezar a subrayar sin, antes, haber establecido claramente el propósito de la lectura, porque solamente se conseguirá subrayar de manera indiscriminada y, en consecuencia, infructuosa.
Como recurso intelectual, el subrayado requiere de la activación y entrenamiento previo de ciertas habilidades básicas de pensamiento, como la observación y la capacidad de establecer diferencias y semejanzas. Técnicamente hablando, el subrayado no es otra cosa que el arte de diferenciar entre lo relevante e irrelevante, lo sustancial de aquello que es sólo explicación e información adicional.
En la
vida académica esta técnica se convierta en una importante herramienta de
aprendizaje y elaboración de tareas: esquemas, resúmenes, relatorías,
protocolos, reseñas, artículos, ensayos, exposiciones, entre otros. El
subrayado es una técnica eminentemente personal, en tanto cada individuo puede
crear su propio código de signos gráficos, según lo considere pertinente. Hay
que aprender la técnica y utilizarla convenientemente. Para nuestro caso, emplearemos únicamente,
lápiz de grafito y, como algo opcional, el uso de una regla, en lo posible
flexible y corta, que pueda ajustarse al tamaño de las páginas.
La glosa
La
glosa como técnica hace alusión a una nota escrita en los márgenes o entre las
líneas de un documento escrito, en la cual se registra la idea central
trabajada por el autor o se explica el significado de dichas ideas. Sin
embargo, las glosas pueden variar en su complejidad y elaboración, desde simple
notas sobre palabras desconocidas por el lector, hasta traducciones completas
del texto original, referencias a párrafos similares, entre otras.
La
glosa ha sido una técnica antiquísima acogida por diferentes disciplinas:
En la
Teología Bíblica medieval,
las glosas fueron puntos de referencia relevantes, estudiadas y memorizadas
prácticamente por sus propios méritos, sin importar su autor. Muchas veces un pasaje bíblico era
fuertemente asociado con una glosa en particular, cuya verdad, numerosos
teólogos daban como un hecho.
En Filología las
glosas han posibilitado luz sobre el vocabulario de los lenguajes empleados por
distintas culturas y grupos humanos.
En Sociología, Talcott
Parsons utilizó la palabra glosa para
describir el proceso mediante el cual la mente construye la realidad. Ciertos estudios han demostrado que nuestra
mente filtra la información provista por los sentidos. Este filtrado se produce en gran medida en
forma inconsciente, y es determinado por la biología, la cultura incluyendo el
lenguaje, las experiencias personales, nuestro sistema de creencias, etcétera;
ésta es, según este autor, la razón por la que diferentes culturas crean
diferentes glosas.
En la
terminología musical, una glosa es un comentario o explicación sobre la
ejecución de determinados pasajes de una obra, generalmente instrumental.
Como
técnica para favorecer la comprensión lectora, se asume la glosa en su papel
explicativo, a modo de nota, comentario, interpretación, significación, entre
otras. Igual que en el subrayado, la glosa depende directamente de la
intencionalidad de la lectura; no obstante, ésta guarda una relación directa
con el uso personal que se le quiera dar. Para
nuestro caso, emplearemos la glosa para sustraer la idea central de un
documento escrito. Se sugiere optar por el lápiz de grafito.
La
glosa constituye el primer paso hacia la escritura con autonomía. Quien glosa reconstruye las ideas centrales
de un texto con voz personal, bien sea con sus propias palabras o mezclándolas
con las del autor original.